San Onofre nació en la actual Etiopía entre los años 320 y 400. Fue hijo de un príncipe egipcio o abisinio. Se cuenta que siendo niño su padre lo arrojó a las llamas para probar si era un hijo bastardo, pero San Onofre probó su legitimidad saliendo ileso.
San Onofre, en árabe Abü Nufar, se crió en el monasterio de Hermópolis, en la Tebaida Egipcíaca. De adulto decidió renunciar a los derechos principescos que había heredado y apartarse de la comunidad para vivir en soledad y alejado del mundo.
Encontró su sitio ideal en una cueva o ermita entre acantilados, cerca de Göreme, en Capadocia, en la actual Turquía, donde vivió 60 años sumido en profundas meditaciones. Se alimentaba exclusivamente de dátiles y bebiendo agua. Se cuenta que un ángel le llevaba pan diariamente, y los domingos la Eucaristía.
Cierto día, San Pafnuncio, quien había sido su discípulo y lo visitaba ocasionalmente, lo descubrió sumamente enfermo, con el cuerpo enjuto y desfigurado, y envuelto en su larga barba y su abundante cabellera de anciano. Pafnuncio alcanzó aún a darle la Eucaristía a San Onofre, y estuvo con él en sus últimas horas hasta que su maestro falleció en la ermita. Tiempo después San Pafnuncio escribió la biografía de San Onofre.
San Onofre es un santo muy venerado en la actualidad por los cristianos coptos. Es el santo patrono de la ciudad de Munich y del principado de Mónaco, así como de los tejedores y de quienes buscan casa propia. Tambien es el santo patrono de Algemesí, entre otros pueblos valencianos. En la iconografía se le representa como un anciano demacrado, sin ropa, de largos cabellos y barba.
San Onofre, en árabe Abü Nufar, se crió en el monasterio de Hermópolis, en la Tebaida Egipcíaca. De adulto decidió renunciar a los derechos principescos que había heredado y apartarse de la comunidad para vivir en soledad y alejado del mundo.
Encontró su sitio ideal en una cueva o ermita entre acantilados, cerca de Göreme, en Capadocia, en la actual Turquía, donde vivió 60 años sumido en profundas meditaciones. Se alimentaba exclusivamente de dátiles y bebiendo agua. Se cuenta que un ángel le llevaba pan diariamente, y los domingos la Eucaristía.
Cierto día, San Pafnuncio, quien había sido su discípulo y lo visitaba ocasionalmente, lo descubrió sumamente enfermo, con el cuerpo enjuto y desfigurado, y envuelto en su larga barba y su abundante cabellera de anciano. Pafnuncio alcanzó aún a darle la Eucaristía a San Onofre, y estuvo con él en sus últimas horas hasta que su maestro falleció en la ermita. Tiempo después San Pafnuncio escribió la biografía de San Onofre.
San Onofre es un santo muy venerado en la actualidad por los cristianos coptos. Es el santo patrono de la ciudad de Munich y del principado de Mónaco, así como de los tejedores y de quienes buscan casa propia. Tambien es el santo patrono de Algemesí, entre otros pueblos valencianos. En la iconografía se le representa como un anciano demacrado, sin ropa, de largos cabellos y barba.
Santuario de San Onofre en El Cairo
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