Jacent Penumbra

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domingo, 8 de diciembre de 2019

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN NICOLAS DE BARI (6 diciembre 2019)

   San Nicolás de Bari vivió aproximadamente entre los años 280 a 345. Se sabe de manera cierta, que hacia la época del concilio de Nicea (año 325) era obispo de Myra, diócesis del Asia Menor. Murió en la capital de su diócesis y fue sepultado en la catedral. En el año 1087 sus restos fueron trasladados a Bari, en Italia. Si tuviésemos que atenernos a lo históricamente demostrable, podríamos terminar aquí. Pero hay un gran hecho histórico que no se puede desconocer: la devoción a San Nicolás de Bari, es intensa y extensa. Podríamos decir que, si bien los abundantes milagros que se atribuyen a San Nicolás no están probados, sí lo está el milagro patente de que sea el Santo que cuenta con la iconografía más numerosa. Tanto es así que el número de imágenes de San Nicolás sólo es superado por el número de imágenes de la Santísima Virgen.
San Nicolás nació en Pátara de Licia, una antigua provincia del Asia Menor. En su juventud peregrinó a Egipto y Palestina, y al poco tiempo de su regreso fue nombrado obispo de Myra, capital de la provincia de Licia, junto al mar Mediterráneo. Fue encarcelado durante la persecución de Diocleciano por defender su fe, siendo liberado al subir al trono el emperador Constantino. San Nicolás combatió incansablemente el paganismo.

Su legendaria caridad es el origen del personaje conocido como “Santa Claus”. 
De los numerosos hechos que se relatan de la vida del Santo, el más difundido y el más generalmente aceptado que da muestra de esta generosa caridad se refiere a la leyenda de tres jóvenes de Pátara: 
1) Esta leyenda cuenta que había en Pátara un hombre rico venido a menos que tenía tres hijas muy hermosas a las que no podía casar por falta de dote. Y el hombre fue tan ruin que maquinó el prostituir a sus bellas hijas para obtener dinero. Al enterarse San Nicolás se dirigió en el silencio de la noche hasta la casa donde habitaban el padre y las hijas, arrojando por la ventana de la habitación del padre una bolsa de oro, y retirándose a continuación sin ser oído. Al día siguiente el padre, al contar con dinero suficiente para dote de una de las muchachas, abandonó su malvada idea y destinó aquel oro a dotar a una de las muchachas, que inmediatamente se casó. El Santo, al advertir el excelente fruto conseguido, repitió su excursión nocturna y dejó otra bolsa, que constituyó la dote de la segunda de las jóvenes. Nicolás repitió el donativo por tercera vez, pero en esta ocasión fue sorprendido por el padre, que arrepentido ya de sus malos pensamientos, se explayó en manifestaciones de gratitud y de piedad. Por él se supo lo ocurrido y que había sido San Nicolás el generoso donante.
Como la tradición cuenta que las tres veces que el Santo dejó la bolsa ocurriera en lunes, en esto se funda la devoción de los tres lunes de San Nicolás. 
2) También se cuenta que cuando el gobernador Eustacio había sido sobornado para condenar a tres inocentes, San Nicolás se presentó en el momento de la ejecución, detuvo al verdugo e hizo que se liberaran a los prisioneros. Esa actuación la presenciaron tres oficiales que más tarde se encontraron en peligro de muerte y pidieron la intercesión de San Nicolás. Esa misma noche se apareció en sueños a Constantino instándolo a que pusiese en libertad a los tres inocentes. Constantino interrogó a los tres oficiales y al enterarse por ellos de la invocación a San Nicolás, los envió libres al santo obispo con una carta en la que le rogaba que orase por la paz del mundo.
3) Por ultimo también es conocida la leyenda de los tres niños. Yendo San Nicolás camino de Nicea para asistir al concilio acompañado de Eudemo, obispo de Pátara, y tres sacerdotes más, se detuvieron al caer de la tarde en un mesón donde determinaron pasar la noche. Al servirles la cena el ventero puso sobre la mesa una fuente con tajadas de carne en salmuera. Dispúsose San Nicolás a echar la bendición, y en el mismo instante se le reveló que aquellas viandas no eran de otra cosa que de carne humana. El ventero era un asesino que, de vez en cuando, mataba a un huésped y salaba la carne, que ofrecía después a viajeros. Las últimas víctimas habían sido tres niños, que se encontraban despedazados en una cuba. San Nicolás acusó al ventero de su horrendo crimen y, como el mal hombre la quiso negar, el Santo conminó a todos a que le acompañasen a la bodega, donde, puesto en oración frente a una cuba, salieron de ella los tres muchachos vivos, que dieron gracias al Santo por su intercesión.
Después de la muerte de San Nicolás, el 6 de diciembre, creció su devoción y aumentaron las noticias de sus milagros. Se convirtió en el patrón de los niños y marineros. En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una Iglesia en Constantinopla en su honor. Su popularidad en esa ciudad (hoy día Estambul) se propagó por todo el Cristianismo. Fue nombrado patrono de Rusia y, gracias a los zares, su devoción aumentó hasta tener más iglesias dedicadas a su nombre en Rusia que ningún otro santo aparte de la Virgen María. Además, San Nicolás es honrado como patrón en muchos lugares, además de serlo de marineros, mercantes, panaderos, niños y viajeros. Los marineros del mar Egeo y los del Jónico, siguiendo la costumbre del oriente, tienen una "estrella de San Nicolás" y se desean buen viaje con estas palabras: "que San Nicolás lleve tu timón".
En 1087 sus restos fueron rescatados de Myra que había caído bajo la dominación musulmana. Se llevaron a Bari, en la costa adriática de Italia. Fue posiblemente en ese tiempo en que se propagó su devoción en Italia donde se le conoce como San Nicolás de Bari. Sus reliquias todavía se preservan en la Iglesia de San Nicola de Bari, Italia.
                                   "Basílica de San Nicolás de Bari (Italia)"

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