Jacent Penumbra

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sábado, 9 de noviembre de 2019

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: NUESTRA SEÑORA DE LA ALMUDENA (9 noviembre 2019)

Madrid era en el siglo VIII una insignificante villa. Pero a pesar de ello los musulmanes entendieron que Madrid era un lugar estratégico y decidieron atacarla para establecer allí una gran fortaleza.
Los cristianos, consternados al conocer la inminencia del ataque musulmán, pensaron en la manera de salvar la venerada imagen de la Virgen María, que según la tradición, había sido traída a esta villa por un discípulo del Apóstol Santiago en el año 38 de nuestra era. Todo el pueblo se reunió en la iglesia para pedir la protección de la Virgen y un venerable sacerdote subió al altar, y con gran emoción, habló así a los madrileños: 
"Hijos míos: Los enemigos de nuestra fe han invadido todas las ciudades, villas y aldeas de España. ¡Es inútil la resistencia! ¡Dios así lo quiere! Es preciso que acatemos su santa voluntad, pidiendo de rodillas perdón por nuestras culpas. El que se encuentre con fuerzas para pelear, que pelee hasta morir en defensa de nuestra sacrosanta religión. Y aquel que sobreviva al duro combate, en el que sin duda seremos vencidos, que corra hacia las montañas donde se reúnen las huestes de los soldados de la Cruz, al mando de don Pelayo, para hostigar cuanto puedan a los invasores y trabajar por la libertad de la Patria. 
  Muza está ya en Toledo, por lo que conquistada esta ciudad, pronto el infiel caudillo se hallará delante de nuestros muros. Sin embargo, antes de que esto suceda, antes de que Madrid caiga en sus manos, es preciso que pensemos en salvar los objetos que nos son más queridos. La Virgen Santísima, a quien tanto veneramos, que siempre ha sido nuestra abogada y protectora, que siempre ha oído clemente nuestras preces, no ha de caer en manos de nuestros enemigos, no hemos de permitir que su preciosa imagen sea profanada por los infieles. Ocultémosla, mientras peleamos contra ellos, en el cubo de esta muralla contigua a este santo templo. Si vencemos, todos sabemos dónde la hallaremos para darle gracias por la victoria, y si, por desgracia, somos vencidos, líbrese, oculta en la muralla, del furor de los mahometanos".
El pueblo escuchó en silencio la emocionante plática del anciano sacerdote y quedó aprobada en el mismo instante su proposición. A continuación la imagen de la Virgen fue bajada del camarín y conducida en procesión hasta la muralla donde se le construyó un nicho en el que fue colocada dejando dos luces para que la alumbrasen. Acto seguido, se tapió el nicho y se dejó el muro en la misma forma que estaba. Madrid estuvo durante tres siglos y medio bajo el yugo de los árabes, hasta que en 1085 Don Alfonso VI de Castilla, llamado "El Bravo", reconquistó Toledo, y poco tiempo después liberaba Madrid.
Don Alfonso dispuso en seguida la purificación del antiguo templo dedicado a la Virgen María que los infieles habían profanado al convertirlo en mezquita y sabedor de que la imagen de la Virgen habia sido ocultada para protegerla, trató de averiguar el sitio donde se encontraba. Pero ya no quedaba nadie que conociese su paradero. D. Alfonso ordenó entonces que se hicieran rogativas por espacio de nueve días para que el Cielo les concediese encontrar la sagrada imagen de la Virgen. El día 9 de noviembre de 1085, último del novenario, se organizó una solemne procesión que recorrió todos los lugares donde se creía que pudiera esconderse la imagen de la Señora. Cuentan las crónicas que en esta procesión iban, además de don Alfonso VI de Castilla, el rey don Sancho de Aragón y de Navarra, el infante don Fernando y el famoso Cid Campeador, don Rodrigo Díaz de Vivar.
Al llegar la comitiva al sitio denominado hoy Cuesta de la Vega, y al pasar por delante de un trozo de la vieja muralla, esta se derrumbó y apareció la hornacina en la que ocultaba la sagrada imagen de María en la misma forma en que fue colocada, incluso con las dos velas que habían sido encendidas para alumbrarla aquel día del año 712. Habían transcurrido trescientos setenta y tres años. Al dia siguiente la imagen era trasladada con gran pompa a su primitiva iglesia, en cuyo camarín fue colocada de nuevo con el título de la Virgen de la Almudena, por haber estado oculta en el lugar llamado por los moros "Almudín", o depósito del trigo.
Desde entonces la Virgen de la Almudena es considerada Patrona de Madrid. Se sabe que la iglesia parroquial de Santa María albergó el culto de la Patrona hasta su demolición, a fines del año 1870. A raíz de esta circunstancia la imagen paso a la iglesia del Sacramento.
El día 9 de noviembre de 1941, tras la devastadora Guerra Civil Española, el ilustrísimo señor Obispo de Madrid-Alcalá, inaguró una imagen de la Virgen de la Almudena, esculpida en piedra, en el mismo sitio de la Cuesta de la Vega donde se supone que apareció el año 1085. A ambos lados de la hornacina, dos monumentales faroles de hierro y cristales alumbraban la imagen, en recuerdo de aquellas milagrosas velas que lucieron durante trescientos setenta y cinco años, en honor a la Virgen María. 
El 8 de septiembre de 1945 se otorga a la Imagen de la Almudena la Medalla de oro de la ciudad de Madrid y tres años después se efectúa en la Plaza de la Armería del Palacio Real de Madrid, la coronación canónica.
El 2 de febrero de 1954 la imagen de la Virgen fue trasladada desde la Iglesia del Sacramento, a un altar de la Catedral de Madrid-Alcalá, que por entonces era el Templo de San Isidro. Allí permaneció hasta junio 1993, en que en una solemne procesión (después de una acertada restauración de la imagen) fue trasladada a la nueva Catedral de Santa María la Real de la Almudena, donde desde entonces permanece en un magnifico altar gótico, en el lado derecho del Altar Mayor. Al día siguiente S. S. Juan Pablo II consagro la nueva Catedral Metropolitana de Madrid, siendo la única catedral española consagrada por un pontífice.
                                          HIMNO VIRGEN DE LA ALMUDENA

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