Su padre era el Rey Andres II de Hungría, hermano a su vez de Santa Eduvigis. Santa Isabel, Princesa de Hungría y Duquesa de Turingia nació en 1207. A los 4 años ya había sido prometida en matrimonio con Luis, hijo del Landgrave de Turingia, con quien se casó a los catorce años y a quien dió tres hijos. Santa Isabel fue madre a los quince años y enviudó a los veinte (su marido murió en una Cruzada de Federico II); ello hizo que quedara sola al cargo de sus hijos siendo el menor de ellos apenas un recien nacido.
La Santa estuvo a punto de sucumbir a la desesperanza, pero luego aceptó la voluntad de Dios, renunció a propuestas que le hacían para nuevos matrimonios y decidió que el resto de su vida sería para vivir totalmente pobre y dedicarse a los más pobres. Se dice que diariamente daba de comer a alrededor de 900 pobres en el castillo.
Un día, después de una ceremonia, cuando ya habían retirado los manteles de los altares, la santa se arrodilló y delante de varios religiosos hizo voto de renunciar a todos sus bienes y de vivir totalmente pobre, como San Francisco de Asís hasta el final de su vida así como de dedicarse por completo a ayudar a los más pobres. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana. Murió cuando apenas iba a cumplir sus 24 años, el 17 de noviembre del año 1231. Fue enterrada en la catedral de Marburgo.
Pero los milagros se sucedían en su sepulcro y ello movió al Sumo Pontífice Gregorio IX a declararla santa cuando apenas habían pasado cuatro años desde su muerte. Además, Santa Isabel de Hungría fue declarada patrona de la Archidiócesis de Bogotá.
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