Antonio Abad nació en el pueblo de Comas, en el Bajo Egipto. Se cuenta que en su juventud, cuando tenia alrededor de 20 años, se sintió conmovido por las palabras de Jesús en el marco de una celebración eucarística: "Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres...".Y esto es lo que hizo, vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir a una comunidad local haciendo vida ascética, durmiendo en una cueva. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en el desierto, lugar en el que se fue adentrando poco a poco para vivir en absoluta soledad.
De acuerdo con los relatos de San Atanasio y de San Jerónimo, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto. De hecho, la tentación de san Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, siendo representada en obras famosas de numerosos pintores de importancia.
Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños junto a Pispir y otro en Arsinoe. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo, en absoluta soledad.
San Jerónimo cuenta que Antonio fue a visitar a otro ermitaño llamado Pablo en su edad madura y lo dirigió en la vida monástica. A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales. También se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara.
Antonio murió muy anciano, hacia el año 356, en las laderas del monte Colzim, próximo al Mar Rojo. Al ignorarse la fecha de su nacimiento, se le ha adjudicado una improbable longevidad, aunque ciertamente alcanzó una edad muy avanzada.
La tradición de bendecir a los animales se cree que data de la época colonial. Dicen que San Antonio, descubrió la sabiduría a base de observar a los animales y el amor divino a través de la naturaleza y así se convirtió en el patrón de los animales. Cada año, la Plaza de San Pedro en el Vaticano se llena de animales por su festividad. En ella son bendecidos por el Arcipreste de la Basílica de San Pedro y vicario general.
Señor Celestial, Padre Creador de todas las cosas,
hoy quiero pedir tu misericordia y compasión para mi mascota,
y por mediación de san Antonio Abad,
llamado también san Antón, el gran protector de los animales,
que tanto amor tuvo estas criaturas,
te ruego que no le abandones nunca
concédele salud, que no sufra ni padezca,
que no este triste, que no le falten las fuerzas
que no sienta dolor ni angustia,
que no se sienta solo
y que siempre tenga a su lado alguien que le cuide con amor.
Por el poder de Tu amor,
permite que... (nombre de la mascota)
viva feliz y sano,
que tenga todo lo necesario según Tu deseo.
Cuídalo y protégelo,
que no le falte alimento, cama y reposo,
que no carezca de amigos, amor y respeto,
pon tu mano sobre él si cae enfermo,
no permitas que nada ni nadie le cause daño,
ni que se pierda o lo roben,
yo le quiero como un miembro más de la familia
y siempre estaré a su lado
dándole todo mi cariño y cubriendo sus necesidades.
Te pido tu especial bendición y ayuda
en estos momentos que... (nombre de la mascota)
necesita tanto de ti,
(pedir por salud, o robo, o extravío, protección, problemas ...):
(hacer la petición).
Señor, te ruego también que,
por intercesión de San Antonio Abad,
tengas piedad de los hombres que por ignorancia
maltratan a los animales,
enséñales a que los amen como criaturas tuyas.
Señor, ten piedad de los animales domésticos,
que muy a menudo son entregados y abandonados,
sin defensa alguna,
a la indiferencia y a la crueldad humana:
no los dejes solos con sus penas.
Señor Dios, ten piedad de los animales
como el león, el tigre, el mono, el elefante
y otras especies que son capturados
para ser llevados a circos o a zoos:
dales a todos ellos un refugio seguro en su hábitat.
Señor, ten piedad de los animales de granja
que crecen dentro de inhóspitos habitáculos,
así como de aquellos animales que en los mataderos
son sacrificados sin anestesia: acógelos con su dolor.
Señor, ten piedad de los animales de experimentación
haz que cesen estas prácticas y sálvalos de su sufrimiento.
Señor, tu que infundiste en San Antonio Abad
un gran amor a la pobreza y al respeto de los animales,
ten piedad de todos los animales que sufren
y haz una sociedad más justa basada en el amor y la paz
de todos los seres que pueblan el planeta.
Amén
hoy quiero pedir tu misericordia y compasión para mi mascota,
y por mediación de san Antonio Abad,
llamado también san Antón, el gran protector de los animales,
que tanto amor tuvo estas criaturas,
te ruego que no le abandones nunca
concédele salud, que no sufra ni padezca,
que no este triste, que no le falten las fuerzas
que no sienta dolor ni angustia,
que no se sienta solo
y que siempre tenga a su lado alguien que le cuide con amor.
Por el poder de Tu amor,
permite que... (nombre de la mascota)
viva feliz y sano,
que tenga todo lo necesario según Tu deseo.
Cuídalo y protégelo,
que no le falte alimento, cama y reposo,
que no carezca de amigos, amor y respeto,
pon tu mano sobre él si cae enfermo,
no permitas que nada ni nadie le cause daño,
ni que se pierda o lo roben,
yo le quiero como un miembro más de la familia
y siempre estaré a su lado
dándole todo mi cariño y cubriendo sus necesidades.
Te pido tu especial bendición y ayuda
en estos momentos que... (nombre de la mascota)
necesita tanto de ti,
(pedir por salud, o robo, o extravío, protección, problemas ...):
(hacer la petición).
Señor, te ruego también que,
por intercesión de San Antonio Abad,
tengas piedad de los hombres que por ignorancia
maltratan a los animales,
enséñales a que los amen como criaturas tuyas.
Señor, ten piedad de los animales domésticos,
que muy a menudo son entregados y abandonados,
sin defensa alguna,
a la indiferencia y a la crueldad humana:
no los dejes solos con sus penas.
Señor Dios, ten piedad de los animales
como el león, el tigre, el mono, el elefante
y otras especies que son capturados
para ser llevados a circos o a zoos:
dales a todos ellos un refugio seguro en su hábitat.
Señor, ten piedad de los animales de granja
que crecen dentro de inhóspitos habitáculos,
así como de aquellos animales que en los mataderos
son sacrificados sin anestesia: acógelos con su dolor.
Señor, ten piedad de los animales de experimentación
haz que cesen estas prácticas y sálvalos de su sufrimiento.
Señor, tu que infundiste en San Antonio Abad
un gran amor a la pobreza y al respeto de los animales,
ten piedad de todos los animales que sufren
y haz una sociedad más justa basada en el amor y la paz
de todos los seres que pueblan el planeta.
Amén
No hay comentarios :
Publicar un comentario