San Vicente nació en Huesca (Osca) sobre el año 286, aunque algunos historiadores sitúan su nacimiento en Zaragoza (Caesaraugusta). Por ello se le conoce también como San Vicente de Zaragoza, San Vicente Levita, San Vicente Diácono, San Vicent de la Roda en Valencia y San Vicente Mártir en general. Vicente, que provenía de una familia cristiana, dirigente y acomodada, marchó a cursar el Estudio General de Filosofía a Zaragoza (Cesaraugusta) formándose junto al Obispo de esta ciudad llamado Valero, quien debido a un impedimento del habla (se cree que era tartamudo) le ordenó rápidamente primer diácono para que pudiera suplirle en la predicación de la palabra de Dios.
Una vez desatada la persecución de los cristianos por orden de los emperadores Diocleciano y Maximiano entre los años 303-305, llegó a oídos de Daciano (Prefecto de la provincia Tarraconensis) la fama de las predicaciones y conversiones que obraban Valero y Vicente. Por este motivo Daciano ordenó que detuvieran a ambos y les llevaran presos a la ciudad de Valencia (Valentia) para que fuesen juzgados por el juez Rufino, siguiendo así el edicto imperial de reprimir a todos aquellos enemigos de la religión pagana que era la oficial del Imperio Romano.
Ante la negativa de Vicente de renunciar a su fe, encarceló a ambos desterrando finalmente a Valero a Francia (dado que era un anciano y pertenecía además a una familia consular), y torturando al diácono Vicente.
Vicente no flaqueó en ninguno de los instrumentos de tortura: fue colocado en una cruz en aspa y torturado en el potro, después en la catasta donde le rompieron los huesos, etc.., luego fue desollado y colocado en una parrilla en ascuas, y mas tarde arrojado a prisión donde falleció.
Cuenta la tradición que Vicente expiró en Enero de 304 siendo muy joven y para evitar que su cuerpo fuera venerado por los cristianos de la ciudad, ordenó que su cadáver fuera arrojado a un descampado para que fuera devorado por las alimañas. Sin embargo el cuerpo del mártir fue protegido por los cuervos, lo cual enfureció sobremanera a Daciano por lo que ordenó que su cadáver fuese arrojado al mar atado a una rueda de molino.
Cumplida esta orden por Eumorfio en playas de Cullera, el cuerpo de Vicente llegó milagrosamente a la orilla en un paraje conocido por la Font Santa, donde se levantó una ermita, en el lugar en que lo encontró una viuda llamada Jónica, que fue quien le dio finalmente sepultura.
Posteriormente, al finalizar la persecución contra los cristianos y convertirse el Cristianismo en la religión oficial del imperio en el año 391, el cuerpo de Vicente fue trasladado a un cementerio que se convertiría en Basílica y mausoleo a las afueras de la ciudad de Valencia (Iglesia-Monasterio de La Roqueta), el cual generó una inmensa corriente de peregrinaciones.
El Monasterio de la Roqueta en la calle San Vicente |
PEREGRINACION: Camino de San Vicente Mártir
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