Jacent Penumbra

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martes, 7 de enero de 2020

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN RAIMUNDO DE PÈÑAFORT (7 enero 2020)

Nació hacia el año 1175, en Peñafort, cerca de Barcelona (España). Pronto demuestra tener una extraordinaria inteligencia, y a los 20 años es profesor de filosofía en Barcelona. Hacia los 30 años, fue a la prestigiosa Universidad de Bolognia (Italia) para perfeccionar su derecho civil y canónico. Allí se doctoró y fue profesor. En 1219, fue nombrado archidiácono de la diócesis de Barcelona. Se destacó por su amor a los pobres. 
En 1222, a los 40 años de edad, ingresó en la Orden de Predicadores (Dominicos) apenas 8 meses después de la muerte del fundador, Santo Domingo de Guzmán.
Raimundo consideraba que el orgullo era un peligro para su alma. Convencido de la importancia de hacer penitencia por la complacencia con que había enseñado, pidió que le impusieran severas penitencias y oficios humillantes. Pero sus superiores le encargaron investigar como responder a preguntas difíciles de moral que los fieles presentaban. El llamó a estas "casos de conciencia". El resultado de su trabajo fue su famoso libro, "Summa de casibus paenitentialibus", la primera obra de su género y obra de referencia para confesores y moralistas.
Tenía gran celo por la evangelización, trabajando incesantemente en la predicación, la instrucción y la confesión. Insigne predicador dotado con la "eficacia de la palabra", recorrió las provincias españolas de Aragón, Castilla y Cataluña. Sus acompañantes comentaban que parecía casi imposible que un predicador lograra tantas conversiones con sus sermones.
Según una tradición muy discutida, San Raimundo colaboró con San Pedro Nolascoen la fundación de la orden de los Mercedarios los Padres Mercedarios, dedicada principalmente a rescatar a los secuestrados por los mahometanos.
En 1230 el Papa Gregorio IX llamó a Raimundo a Roma y le dio varios encargos:
1- Lo nombró su confesor. En una ocasión le impuso al Papa de penitencia atender siempre muy bien las peticiones que le hicieran los pobres.
2- Le encomendó reunir el corpus canónico de los decretos de los Pontífices y concilios que no se encontrasen ya en la colección que Graciano había hecho en 1150. Después de tres años de trabajo publicó su famosísimo libro en 5 volúmenes titulado "Decretales", compuesto el cual fue confirmado por el Papa. Hasta la compilación del Codex Juris Canonici, en 1917, la compilación de San Raimundo era considerada como la mejor colección de derecho canónico a la que los canonistas hacían referencia. 
3- En 1235 lo nombró obispo de Tarragona, a pesar de las súplicas del santo. Pero poco después el santo contrajo una grave enfermedad y el Papa le liberó del cargo a condición de que Raimundo propusiera un candidato apto.
Para recuperarse de su enfermedad, Raimundo volvió a Barcelona, su tierra natal. Allí fue recibido con gran gozo y se dedicó a la contemplación, la predicación y la confesión. Tanto la Santa Sede como el rey confiaron en Raimundo importantes trabajos.

General de la orden Dominica 
En 1238 llegaron a Barcelona los diputados del capítulo general de la orden dominica, que había tenido lugar en Bolonia, para anunciar a Raimundo que había sido elegido superior general, como sucesor de Jordano de Sajonia. Raimundo quiso resistir pero al fin aceptó por obediencia. Visitó a pie todas las casas de la orden sin disminuir en nada sus austeridades y prácticas. Inculcó a sus hijos el amor de la vida entregada en regularidad, del estudio, y de los misterios espirituales. Hizo una síntesis de las constituciones de su orden, anotando los pasajes dudosos. Tres capítulos generales aprobaron el nuevo código. En uno de dichos capítulos, tenido en Paris en 1239, Raimundo obtuvo que se aprobara la medida de aceptar la dimisión voluntaria de su superior, cuando ésta se fundara en razones justas. Al año siguiente, habiendo sido superior solo dos años, renunció al cargo. Su razón fue que había cumplido 65 años de edad. 
Vivió 34 años mas, los cuales empleó en la evangelización. Esclarecía la doctrina ante las herejías y buscaba la conversión de todos, tanto cristianos pecadores como judíos y musulmanes. Con este objeto, consiguió que Santo Tomás (dominico también) escribiera su Summa contra Gentes y obtuvo que se enseñara el árabe y el hebreo en varios conventos de su orden. Fundó un convento en Túnez y otro en Murcia, sur de España, que en aquella época estaba dominada por los musulmanes. En una carta al superior general en 1256 le informa que 10,000 sarracenos habían recibido el bautismo. Esto es cosa extraordinaria ya que este tipo de conversiones son muy escasas.
Introdujo la inquisición en Barcelona y mostró una gran caridad hacia todos.  

Los reyes Alfonso de Castilla y Jaime de Aragón visitaron a San Raimundo estando gravemente enfermo. San Raimundo murió en Barcelona el 6 de enero de 1275, a los 100 años de edad. Sus restos mortales fueron depositados en el Convento de Santa Catalina y, en 1838 fueron trasladados a la Catedral de Barcelona.
Ante su sepulcro se obraron milagros, algunos de los cuales fueron publicados en la bu
la de canonización en el año 1601.
Uno de los más conocidos cuenta que durante un viaje en el que acompañaba al rey Jaime a Mallorca, el soberano que era mujeriego, había prometido enmendarse, pero no había cumplido su promesa. En vista de ello, Raimundo le pidió licencia para partir a Barcelona; el rey no solo le negó, sino que amenazó de muerte a quien se atreviera a sacar al santo de la isla. Confiando en Dios, Raimundo dijo a su compañero: "Los reyes de la tierra pueden impedirnos la huida, pero el Rey del cielo nos dará los medios para ello". Acto seguido se dirigió al mar, extendió su túnica sobre las olas, ató un extremo de ella a un palo para que sirviera de vela y, haciendo la señal de la cruz, montó sin temor en aquella improvisada "barca". La milagrosa barca hizo en seis horas el trayecto hasta Barcelona, a sesenta leguas de distancia. Las gentes que vieron llegar al santo le recibieron con aclamaciones. Sin inmutarse por ello, Raimundo recogió su túnica, que estaba perfectamente seca, se la echó sobre los hombros y se dirigió a su monasterio. Una capilla y una torre fueron construidas en el sitio en que desembarcó.
   San Raimundo de Peñafort es patrón de los juristas, abogados, del Derecho Canónico, de los Colegios de Abogados y titular de la Orden de San Raimundo de Peñafort.

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