Estimados hermanos.
Hoy es Miércoles de Ceniza, día en que iniciamos nuestro camino hacia la Pascua.
La Cuaresma es un tiempo que nos invita a la conversión de corazón, a barrer de nosotros todo aquello que no nos deja acercarnos a Dios y revisar nuestra vida para crecer en la fe.
La Iglesia nos propone
el ayuno, la limosna y la oración como herramientas para el camino.
Ayuno, privándonos de aquello que nos engancha demasiado al mundo y así poder acercarnos al Señor. No se trata de no comer, sino de sacrificarse por los demás, olvidándose de uno mismo por servir a los hermanos.
Limosna, compartiendo aquello que tenemos, tiempo y dinero, sobre todo ofreciendo nuestro tiempo a los que necesitan de nuestra compañía y apoyo, además de compartir el dinero que tenemos, que lo tenemos porque Dios nos lo regala, para nosotros y para que lo compartamos con el que no tiene ni tan sólo para vivir.
Oración, porque no podemos decir que queremos a alguien con quien no hablamos diariamente, contándole nuestra vida y escuchando lo que nos pide a cada uno en cada momento.
No hay resurrección sin cruz, así que para resucitar con el Señor, nuestra vida debe parecerse a la suya, cargando los unos con los pesos de los otros y juntos, un día, poder presentarnos ante el Señor para disfrutar de la Eternidad con Él.
Feliz Cuaresma.
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