Jacent Penumbra

Jacent Penumbra

sábado, 17 de octubre de 2020

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA (17 octubre 2020)

Los datos conocidos de su vida arrancan del momento en que los apóstoles Pedro y Pablo lo designaron sucesor de Evodio (año 69 d.C.) para ocupar como obispo la sede de Antioquía. Antioquía era  una ciudad populosa, de gran importancia dentro del Imperio Romano, mosaico de creencias y vía de paso de gran atractivo para muchas personas. Greco-paganos, judeocristianos helenistas, judíos ortodoxos, entre otros, junto a la nutrida comunidad cristiana conformaban el paisaje social de esta ciudad con la que tuvo que lidiar san Ignacio.
Fue un pastor excepcional. Transmitió con fidelidad la doctrina heredada de los primeros apóstoles y defendió bravamente la fe contra herejías como el docetismo. En las siete epístolas que dirigió a las distintas Iglesias (algunas redactadas mientras viajaba para ser martirizado), no dejó de exhortar a los cristianos a dar la vida por Cristo, a ser fieles a las enseñanzas recibidas, a mantenerse firmes frente a los que pretendían socavarlas, así como a vivir la caridad y unidad entre todos.
En las ciudades que atravesó se ocupó de fortalecer a los fieles recordándoles el mensaje evangélico, animándoles a vivir la santidad. Tras de sí dejaba la huella de la unidad entre las Iglesias, después de haber alertado contra las herejías que irrumpían con fuerza buscando la confusión y la ruptura con el magisterio eclesial que de ellas se deriva.
Particularmente relevante fue su paso por Esmirna, sede de San Policarpo, que había bebido las fuentes primigenias del cristianismo de manos de san Juan. El edificante y rico legado de San Ignacio que amasó en ese lugar, además de las bendiciones que su presencia proporcionó a los cristianos de la ciudad, ha llegado a nuestros días. Se compone de una serie de cartas dirigidas a sus hermanos de Éfeso, Magnesia, Trales y Roma, a través de las cuales dejaba oír la poderosa voz de su fe.
En estos textos vivos se percibe cuánto le urgía dejar bien sentadas las bases de la comunión apostólica, recordando las claves del seguimiento, coronadas siempre por la caridad.
La lucha, el esfuerzo, la entrega incesante, la fraternidad, el espíritu de familia, el ir todos a una, y ponerse a merced unos de otros, siempre mirando a quien presidía la comunidad, sin celos, rivalidades y envidias, alumbraron a los fieles a quienes las dirigió y a las sucesivas generaciones.
El 20 de diciembre del año 107, aunque este extremo no está confirmado, compareció ante el prefecto. Fue un trámite fugaz, inútil, ya que todo estaba decidido de antemano, y sin dilación fue conducido al anfiteatro Flavio. Allí unos leones dieron fin a su vida. Las Actas de los mártires reflejan este cruento sacrificio del gran prelado de Antioquia, cuyo sobrenombre de "Theophoros" (portador de Dios) sintetiza el acontecer de ese testigo de Cristo que derramó su sangre por Él. Había sido el primero en denominar "católica" a la Iglesia, en utilizar la palabra "Eucaristía" refiriéndose al Santísimo Sacramento, y en escribir sobre el parto virginal de María. 
Ha dejado obras excepcionales mostrando que la doctrina eclesial procede de Cristo por medio de los apóstoles. Sus restos fueron llevados a Antioquia.

lunes, 12 de octubre de 2020

RESUM: OFRENA A LA MARE DE DÉU i EXCURSIÓ PER LA RUTA NATURAL DE L´ANTIC TRENET (12 d´octubre 2020)

De manera excepcional, hui 12 d´octubre, un grup de membres de la nostra Confraria hem acudit al Camp de l´Olivera de la Mare de Déu en la Vall d'Aigües Vives per a oferir-li a la nostra Patrona un ram de flors. 
























Tot seguit hem iniciat una ruta a péu fins als Pas del Portixol seguint la Ruta Natural de l´Antic Trenet. Aquest camí natural recupera part del traçat del ferrocarril de Carcaixent a Dénia per al seu ús recreatiu. De fet antigament esta ruta en tren portaba als viatgers des de Carcaixent (Ribera Alta) fins al límit amb la comarca de La Safor, tot a l'empar de les serres dels Agulles i de la Murta.
Al llarg d´este camí hem passat per les proximitats del baixador d'Aigües Vives, una senzilla edificació construïda per a donar servei a la Colònia Infantil "La Nostra Senyora d'Aigües Vives", un preventori antituberculós de mitjan del segle XX.
Enfront i sempre en paral·lel a la carretera, hem deixat a mà dreta el desviament al Real Monestir de Santa María d'Aigües Vives, un antic monestir d'agustins del segle XIV (el qual va passar a mans privades amb la desamortització de Mendizábal).
Des de l'estació de la Barraca d’Aigües Vives, el camí natural discorre en paral·lel a una altra important ruta cultural de la Comunitat Valenciana, la GR-236 o Ruta dels Monestirs, inaugurada en 2008 la qual uneix cinc històrics monestirs de les comarques interiors de la província de València, entre ells l'esmentat d'Aigües Vives.
Després de passar una carretera d'accés a diverses urbanitzacions de la zona, el camí recupera de nou l'antic traçat del ferrocarril, creuant diferents passarel·les de fusta que salven diferents barrancs.















Els últims 500 m suposen un nou canvi de paisatge, ja que el camí s´encaixa en una trinxera amb parets molt altes i poc a poc  va s´internant-se en una densa pineda coneguda com el Portitxol, el pas natural on la Ribera Alta s'uneix amb la comarca de la Valldigna. 
Durant aquest tram encaixonat, és notòria l'existència d'unes particulars estructures que servien com a refugi per als encarregats del manteniment de les vies en els moments en què passava un comboi mentre estaven en la plataforma ferroviària.















Aquesta fantàstica ruta natural conclou en una àrea de descans pròxima a un edifici en ruïnes, el Baixador de Benifairó. Des d'aquest punt les localitats de Benifairó de la Valldigna i Simat de la Valldigna queden a menys de 3 km de distància. 















Han segut més de 11 km a péu on hem pogut gaudir del nostre paisatge i recordar la nostra història.
Com sempre, esperem que us animeu i ens acompanyeu en la pròxima ocasió¡¡

sábado, 10 de octubre de 2020

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA (10 octubre 2020)

Nació en Fuenllana (España), un pequeño pueblo de la provincia de Ciudad Real, el año 1486. La educación recibida de sus padres y su paso como alumno por el convento franciscano de Villanueva de los Infantes, marcaron en su alma una particular sensibilidad por los pobres. Más tarde, recibiría el título de “Limosnero de Dios” y “Arzobispo de los pobres”.
Los años en contacto con la Universidad de Alcalá, donde obtuvo el título de Maestro en artes, dejaron en Tomás una profunda huella humanística. De Alcalá pasó a Salamanca y aquí ingresó en el Convento de San Agustín, lugar de su profesión religiosa, que se celebró el 25 de noviembre de 1517. Después de la ordenación sacerdotal – en 1518 -, los superiores le encomendaron distintas tareas de gobierno y los cargos se sucedieron uno tras otro como Prior, Provincial, Visitador… Su mayor empeño era la vida de las comunidades y la observancia responsable de las normas. También promovió el envío de misioneros agustinos al Nuevo Mundo. Confesor y predicador de Carlos V, al quedar vacante la sede de Valencia fue propuesto – contra su voluntad- arzobispo de aquella diócesis mediterránea en 1544. Al conocer la noticia el entonces General de la Orden, Jerónimo Seripando, felicitaba a fray Tomás y a la diócesis valentina “que tendrá un pastor como lo describe san Pablo”.
Fray Tomás encontró una diócesis abandonada después de más de un siglo sin obispo residencial. Visitó una a una todas las parroquias, convocó un sínodo en 1548, adelantándose a Trento fundó en 1550 el Colegio-seminario de la Presentación para atender la formación de clero, asistió a los menesterosos e intentó la evangelización de los moriscos.
El obispo agustino de Valencia vertía su formación universitaria en la predicación y en los escritos ascéticos y místicos. Sus fuentes preferidas eran la Biblia, los Padres de la Iglesia (con atención especial a San Agustín) y los autores espirituales de la época.
Murió en 1555. Fue declarado beato en 1618 por Pablo V y proclamado santo por Alejandro VII el 1 de noviembre de 1688. Por su celo apostólico, su doctrina, su atención a los pobres y sus intuiciones pastorales, ha pasado a la historia como modelo de obispo. Sus restos mortales se conservan en la catedral de Valencia.

NOTA INFORMATIVA: VENDA DE LOTERIA SORTEIG EXTRAORDINARI DE NADAL 2020

Estimats confrares i amics del Sant Sepulcre:

Ja està a la venda la loteria deSorteig Extrordinari de Nadal que tindrà lloc el 22 de desembre de 2020. La Confraria juga amb el número:


HORARIS I PUNTS DE VENDA EN ENTITATS COL.LABORADORES (en horari comercial):
      -BAR LA COVA; C/ Lluis Vives, 16 (matins)
      -FITOXENT, Travessia Carles Gomis, 7

      -FRANCISCO JAVIER ALBELDA DIERT, C/ Comandant Hernández, 12
Per favor, tracteu d´ajudar a la Confraria comprant o venent loteria com millor pugueu.
Es un benefici per a tots.

Gràcies

domingo, 4 de octubre de 2020

RESUM: MISSA DE DIFUNTS (3 d´octubre 2020)

Ahir dissabte 3 d´octubre va tindre lloc la missa en sufragi pels nostres confrares difunts en la Parròquia de l´Assumpció presidida pel nostre consiliari D. Jose Miguel Peris-Silla.
En la seua homilia D. Jose Miguel va destacar com sorpren la reiterada resistencia del homes davant amor de Déu i de Crist en particular: «Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron» (Mt 21,37-39).
Les lectures varen correr a càrrec de Carmina i Paco: 

En acavar ens ferem la foto de família davant de l´altar major.


Gràcies per la vostra assistència¡¡

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN FRANCISCO DE ASIS (4 octubre 2020)

Francisco nació en Asís, Italia en 1181 ó 1182. Su padre era comerciante y su madre pertenecía a una familia noble. Tenían una situación económica muy desahogada. Su padre comerciaba mucho con Francia y cuando nació su hijo las gentes apodaron al niño “francesco” (el francés) aunque éste había recibido en su bautismo el nombre de “Juan”.
En su juventud no se interesó por los negocios de su padre ni tampoco por los estudios. Se dedicó a gozar de la vida sanamente. Gastaba mucho dinero pero siempre daba limosnas a los pobres. 
Cuando Francisco tenía como unos veinte años estuvo preso durante un año debido a los pleitos y discordia entre las ciudades de Perugia y Asís.  Al recobrar la libertad cayó gravemente enfermo, pero su enfermedad fortaleció y maduró su espíritu. Una vez recuperado decidió  combatir en el ejército aunque por poco tiempo, pues finalmente decidió dedicar su vida a la oración.
Visitaba y servía a los enfermos en los hospitales. Siempre regalaba a los pobres sus vestidos o el dinero que llevaba. Un día una imagen de Jesucristo crucificado le habló y le pidió que reparara la Iglesia de San Damián que estaba en ruinas; por ello vendió su caballo y unas ropas de la tienda de su padre y ofreció  este dinero al sacerdote  pidiendo permiso para quedarse a vivir con él. 
El padre de San Francisco, al enterarse de lo sucedido fue a la Iglesia de San Damián pero su hijo se escondió y pasó algunos días en oración y ayuno. Al regresar a su pueblo su padre lo encerró en una habitación (Francisco tenía entonces 25 años). Su madre se encargó de ponerle en libertad y él regresó a San Damián. Poco después San Francisco renunció a su herencia y partió buscando un lugar para establecerse. 
Después de pedir limosna para reparar las Iglesias de San Damián y la antigua Iglesia de San Pedro se trasladó a una pequeña capilla llamada Porciúncula, perteneciente a los frailes benedictinos, la cual estaba en una llanura cerca de Asís. Porciúncula era un sitio muy tranquilo que gustó mucho a San Francisco. 
Comenzó a predicar y sus palabras llegaban a los corazones de sus oyentes. Dios le había concedido ya el don de profecía y el don de milagros.
San Francisco tuvo muchos seguidores. 
Su primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle que era un rico comerciante de Asís que vendió todo lo que tenía para darlo a los pobres. Su segundo discípulo fue Pedro de Cattaneo. San Francisco les concedió hábitos a los dos en abril de 1209.
Cuando ya contaba con doce discípulos, San Francisco redactó una regla breve e informal que eran principalmente consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Después de varios años esta regla fue autorizada por el Papa Inocencio III.
En 1212, el abad regaló a San Francisco la capilla de Porciúncula con la condición de que la conservase siempre como la iglesia principal de la nueva orden. Él la aceptó pero sólo prestada sabiendo que pertenecía a los benedictinos. Alrededor de la Porciúncula construyeron cabañas muy sencillas. La pobreza era el fundamento de su orden. San Francisco sólo llegó a recibir el diaconado porque se consideraba indigno del sacerdocio. Los primeros años de la orden fueron un período de entrenamiento en la pobreza y en la caridad fraterna. Los frailes trabajaban en sus oficios y en los campos vecinos para ganarse el pan de cada día. Cuando no había trabajo suficiente, solían pedir limosna de puerta en puerta. El fundador les había prohibido aceptar dinero. Se distinguían por su gran capacidad de servicio a los demás, especialmente a los leprosos a quienes llamaban “hermanos cristianos”. Debían siempre obedecer al obispo del lugar donde se encontraran. El número de compañeros del santo iba en aumento.
San Francisco dio a su orden el nombre de “Frailes Menores” ya que quería que fueran humildes. La orden creció tanto que necesitaba de una organización sistemática y de disciplina común. La orden se dividió en provincias y al frente de cada una puso a un ministro encargado “del bien espiritual de los hermanos”. 
La Orden de los Frailes Menores creció más allá de los Alpes y tenían misiones en España, Hungría y Alemania. En ella hubo  quienes querían hacer unas reformas, pero su fundador nunca estuvo de acuerdo con éstas. Surgieron algunos problemas por ello  dado que  algunos frailes decían que no era posible el no poseer ningún bien. 
San Francisco decía que éste era precisamente el espíritu y modo de vida de su orden.
San Francisco conoció en Roma a Santo Domingo que había predicado la fe y la penitencia en el sur de Francia.
En la Navidad de 1223 San Francisco construyó una especie de cueva en la que se representó el nacimiento de Cristo y se celebró Misa. En 1224 se retiró al Monte Alvernia y se construyó ahí una pequeña celda. La única persona que lo acompañó fue el hermano León y no quiso tener visitas. Es aquí donde sucedió el milagro de las estigmas en el cual quedaron impresas las señales de la pasión de Cristo en el cuerpo de Francisco. A partir de entonces llevaba las manos dentro de las mangas del hábito y llevaba medias y zapatos.
La salud de San Francisco se fue deteriorando, los estigmas le hacían sufrir y le debilitaron y ya casi había perdido la vista. Poco antes de morir dictó un testamento en el que recomendaba a los hermanos observar la regla y trabajar manualmente para evitar la ociosidad y dar buen ejemplo. Al enterarse que le quedaban pocas semanas de vida, pidió que lo llevaran a Porciúncula. Murió el 3 de octubre de 1226 con 44 años de edad. Fue sepultado en la Iglesia de San Jorge en Asís.
San Francisco contribuyó mucho a la renovación de la Iglesia caída en decadencia y el desorden en que estuvo sumida durante la Edad Media. San Francisco fue canonizado como santo el 16 de julio de 1228 por el Papa Gregorio IX.

sábado, 3 de octubre de 2020

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN FRANCISCO DE BORJA (3 octubre 2020)

San Francisco Borja nació en Gandía (Valencia) el 28 de octubre de 1510, primógenito de Juan de Borja y entró muy joven al servicio de la corte de España, como paje de la hermana de Carlos V, Catalina. A los veinte años el emperador le dio el título de marqués. Se casó a los 19 años y tuvo ocho hijos. A los 29 años de edad, después de la muerte de la emperatriz, resolvió “no servir nunca más a un señor que pudiese morir” y se dedicó a una vida más perfecta. Pero el mismo año fue elegido virrey de Cataluña (1539-43), cargo que desempeñó a la altura de las circunstancias, pero sin descuidar la intensa vida espiritual a la que se había dedicado secretamente.
En Barcelona se encontró con San Pedro de Alcántara y con el Beato Pedro Favre de la Compañía de Jesus. Este último encuentro fue decisivo para su vida futura. En 1546, después de la muerte de la esposa Eleonora, hizo la piadosa práctica de los ejercicios espirituales de san Ignacio y el 2 de junio del mismo año emitió los votos de castidad, de obediencia, y el de entrar a la Compañía de Jesús, donde efectivamente ingresó en 1548, y oficialmente en 1550, después de haberse encontrado en Roma a San Ignacio de Loyola y haber renunciado al ducado de Gandía. El 26 de mayo de 1551 celebraba su primera Misa.
Les cerró las puertas a los honores y a los títulos mundanos, pero se le abrieron las de las dignidades eclesiásticas. En efecto, casi inmediatamente Carlos V lo propuso como cardenal, pero Francisco renunció y para que la renuncia fuera inapelable hizo los votos simples de los profesos de la Compañía de Jesús, uno de los cuales prohíbe precisamente la aceptación de cualquier dignidad eclesiástica. A pesar de esto, no pudo evitar las tareas cada vez más importantes que se le confiaban en la Compañía de Jesús, siendo elegido prepósito general en 1566, cargo que ocupó hasta la muerte, acaecida en Roma el 30 de septiembre de 1572.
Fue un organizador infatigable (a él se le debe la fundación del primer colegio jesuita en Europa, en su sierra natal de Gandía, y de otros veinte en España), y siempre encontró tiempo para dedicarse a la redacción de tratados de vida espiritual. Se destacó por su gran devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen. Incluso dos días antes de morir, ya gravemente enfermo, quiso visitar el santuario mariano de Loreto. Fue beatificado en 1624 y canonizado en 1671, uno de los primeros grandes apóstoles de la Compañía de Jesús.