Jacent Penumbra

Jacent Penumbra

domingo, 29 de septiembre de 2019

RESUM: FESTA DEL MIG ANY 2019 (28 setembre 2019)

Ahir dissabte 28 de setembre va tindre lloc la tradicional "Festa del Mig Any 2019" la qual va comenÇar amb la celebració d´una Eucaristia en la Parròquia de l´Assumpció oficiada pel notre consiliari el Rvnd D. Jose Miguel Peris Silla i en presència de la nostra imatge de Crist Jacent junt l´estendard de Crist Ressuscitat a l´Altar Major.















Ens acompanyaven la presidenta de la  l´Agrupació de Germandats i Confraries del Sant Sepulcre, Na. Rosa Santolària i representants de les Confraries del Sant Sepulcre de Xàtiva, Benifairó i el Sant Sepulcre del Port de Sagunt.
A continuació una romeria de gent encapçalada per la nostra banda visitava l´imatge de Crist Ressuscitat en el domicili de la clavària entrant Ana María Judas EspluguesEsta imatge havia segut depositada amb anterioritat en el domicili d´Ana, donat que pel seu estat i per a preservar-la, no eix ultimament en processó ni als actes habituals de la Confraría.  















Al mateix temps procediem al trasllat de l´imatge de Crist Jacent a l´adreÇa de la clavària entrant Mª Dolores Morant Ribes on deurà romandre durant el segon semestre de l´exercici 2019.
Després gaudirem d´un sopar de germandat al Casal de la Falla Joan XXIII preparat i animat per membres de la Confraria. Aquesta reunió va servir per fer el nomenament oficial de la nova Clavariesa Major de la Confraria, la nostra estimada germana Aguas Vivas Pascual Frías, la qual exercirà llavors de representació durant els actes de l´exercici 2019-2020. Aprofitem per a donar-li la enhorabona.
Durant el sopar la nostra Presidenta ens dirigia unes paraules  per agraïr l´assistència dels nostres amics de l´Agrupació així com la del nostre Consiliari D. José Miguel i la del Regidor de Festes D. Raimó Marí Jordà.
Per a tancar tots aquestos actes tingué lloc una rifa que es va celebrar gràcies a la col.laboració de botigues, empreses i famílies de Carcaixent.
Aprofitem esta oportunitat per agraïr a tots els membres i amics de la Confraria que han contribuït generosa i desinteressadament perquè esta celebració haja sigut possible, i esperem veure-vos de nou l´any que ve.

Salutacions.

viernes, 27 de septiembre de 2019

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN VICENTE DE PAUL (27 septiembre 2019)


Nace el 24 de abril de 1580 ó 1581, en Ranquine, cerca de Dax, en el S.O. de Francia. Tercer hijo del campesino Juan de Paúl y acostumbrado a trabajar diariamente desde muy joven llevando a pastar el ganado (ovejas, vacas, cerdos) descalzo y con humildes provisiones.
Vicente era un chiquillo despierto, y su padre lo envió a los 14 años al colegio de los franciscanos de Dax (a 5 kilómetros de Pouy), donde toma gusto por sus estudios y surge en él el deseo de abandonar la vida rural hasta el punto de avergonzarse de sus orígenes y de su mismo padre. «Siendo un muchacho, cuando mi padre me llevaba a la ciudad, me daba vergüenza ir con él y reconocerle como padre, porque iba mal trajeado y era un poco cojo». «Recuerdo que en una ocasión, en le colegio donde estudiaba me avisaron que había venido a verme mi padre, que era un pobre campesino. Yo me negué a salir a verle».
Después de cuatro años de estudios en Dax, marcha a la gran ciudad de Toulose. Su padre acaba de morir en 1598, mientras Vicente tenía 17 años, ha recibido ya la tonsura y las órdenes menores. Su padre le deja parte de la herencia para pagar sus estudios, pero él rechaza esta ayuda; prefiere valérselas por si mismo.
Para subsistir, enseña humanidades en el colegio de Buzet y sigue a la vez con sus estudios de Teología. En 1598 recibe el subdiaconado y el diaconado, y el 23 de Septiembre de 1600, en Chateau-l’Eveque, es ordenado sacerdote por el anciano obispo de Périgueux. «Si yo hubiera sabido, como lo he sabido después, lo que era el sacerdocio cuando cometí la temeridad de aceptarlo, habría preferido dedicarme a trabajar la tierra antes de ingresar en un estado tan temible,» escribirá mas tarde.
El obispo de Dax le ofrece una parroquia, pero hay otro candidato. Vicente renuncia, prefiere proseguir con sus estudios y apuntar mas alto: aspira a ser obispo.
En 1604 obtiene el doctorado en Teología. Se dirige a Burdeos y despues acude a Marsella.
En Marsella Vicente embarca para Narbona pero el barco es atacado por los turcos y  cae prisionero. Los años 1605-1607 son en realidad muy misteriosos. Se cuenta que fue vendido como esclavo en Túnez y estuvo al servicio de cuatro distintos señores: un pescador, un médico, el sobrino de éste y, por último, un cristiano renegado. Por fin, convirtió a su amo, se escapó llegando a Avignon y desde allí a Roma. Luego fue a París hacia el 1608.
En 1609, Vicente conoce a Pierre de Bérulle en el hospital de la Caridad, adonde ambos iban a visitar enfermos. Bérulle tenía una doble vocación: la cura de las almas y la fundación de un grupo de sacerdotes espirituales. El clero en ese momento estaba en un estado lamentable debido a las guerras de religión; a que los decretos del Concilio de Trento referentes a la formación de los sacerdotes no se cumplian (de lo contrario, Vicente no habría sido ordenado a los 19 años, ya que el Concilio exigía 25 años de edad mínima para la ordenación sacerdotal), etc... y además eran muchos los obispos que vivían como grandes señores, alejados de sus diócesis.
Se esta abriendo paso un nuevo movimiento y Bérulle trata de convencer a Francisco de Sales para que funde el Oratorio en Francia, el cual rechaza la oferta. Entonces éste, a instancias del Arzobispo de París, Henri de Gondi, fundará en 1611 el Oratorio de París, «una congregación de eclesiásticos en la que se practicara la pobreza, en contra del lujo; donde además se hace el voto de no pretender beneficio o dignidad alguna (en contra de la ambición de la época) y de dedicación a las funciones eclesiásticas, en contra de la inútil inactividad".

Párroco de Clichy
Bérulle deseaba que Vicente ingresara en el Oratorio, pero Vicente por diferentes razones no acepta, en cambio acepta la proposición de reemplazar en su puesto a un sacerdote que desea ingresar en el Oratorio; y de ese modo, en mayo de 1612, Vicente toma posesión de la parroquia de «Clichy la Garenne», a una legua de París. Se trata de una parroquia de 600 habitantes, de carácter semirural (habitada sobre todo por hortelanos donde Vicente se encuentra a gusto. Allí enseña el catecismo, repara el mobiliario de la Iglesia. Hace doce años que es sacerdote y es la primera vez que ejerce un ministerio sacerdotal.
Bérulle que sigue soñando con grandes cosas para Vicente, hace que lo nombren preceptor de la ilustre familia de Gondi, Phillipe de Gondi, sobrino del Arzobispo de París. Vicente llega allí en Septiembre de 1613: «Me aleje con pena de mi pequeña iglesia de Clichy», escribe a un amigo.
En esta época da algunos cursos y lecciones a los niños y lleva una vida palaciega en Montmirail, en Joigny, en París, en Folleville… Ya podía darse por contento. Sin embargo no era feliz. Durante los numerosos viajes de Gondi, vuelve a entrar en contacto con los campesinos y con las pobres gentes que viven en los dominios de la noble familia. Y se da cuenta de que el Evangelio exige la caridad radical.

Acontecimientos providenciales cambiaron su vida
A comienzos de 1617, visita Vicente a un moribundo en Gannes, en el distrito del Oise, cerca del palacio de los Gondi; aquel hombre, que tenía fama de ser un hombre de bien, reveló a Vicente unos pecados que jamás se había atrevido a confesar a su párroco, tanto por vergüenza como por amor propio. El moribundo que experimentaba una extrema soledad moral, que padecía la noche, el frío y la imposibilidad de hablar con Dios; era un hombre cerca de la muerte sin haber encontrado una mirada sacerdotal lo bastante dulce y lo bastante humana para poder salirse de sí mismo y atreverse a creer en la ternura de Dios. He ahí la vocación de Vicente: la ternura. Su corazón ha sido tocado. Quería ir a los campos mas remotos a expresar a todos los que se sienten perdidos que existe un Dios de ternura que no les ha olvidado. Quiere ser testimonio de ese amor divino. Estar presente con la ternura de Dios.
Vicente queda impresionado y el 25 de enero predica en Folleville, cerca de Amiens, proponiendo a todos los fieles de Folleville la idea de que vayan allá algunos sacerdotes ante quienes puedan hacer una confesión general de toda su vida. Este sermón fue el origen de la Congregación de la Misión, instituida para dar misiones populares y trabajar en la formación del clero de Francia y en otros países. A los sacerdotes y hermanos de la Congregación de la Misión se les conoce en Francia como «Lazaristas» por su casa madre, San Lázaro.
En agosto de ese mismo año 1617, en Chatillón-les-Domes, Vicente se encuentra con la miseria material de los campesinos. El mismo relata los hechos: «Mientras me revestía para celebrar la santa Misa, vinieron a decirme… que en una casa apartada de todas las demás, como a un cuarto de legua, estaban todos enfermos, hasta el punto de que no había una sola persona que pudiera atender a las demás, las cuales se hallaban en un estado de necesidad indescriptible. Esto me ocasionó una tremenda impresión.» A la llamada de Vicente acuden todos los feligreses en ayuda de esa familia. Pero, para Vicente, este movimiento espontáneo no es bastante, porque corre el peligro de no tener continuidad: «Una enorme caridad, sí; pero mal organizada».

Fundación de las Hijas de la Caridad
Vicente pone manos a la obra y muy pronto, el 23 de agosto, lee ante unas cuantas mujeres cuyo corazón se ha visto afectado igual que el suyo por aquella miseria, un texto que constituye todo un programa de ayuda a los enfermos. Dicho texto servirá de modelo, en adelante, a todos los posteriores textos fundacionales de las «Confréries de Charité» (Hermandades de Caridad). Las Cofradías se multiplicaron; hoy en algunos países se les llama «equipos de San Vicente». La Fundación de la Compañía de las Hijas de la Caridad siguió unos años mas tarde (1633). La cofundadora fue Santa Luisa de Marillac
Vicente no quiere permanecer por más tiempo con los Gondi y así se lo hace saber a Bérulle en mayo de 1617. Se traslada el 1 de agosto de aquel mismo año a una pequeña parroquia entre Lyon y Ginebra, en al región de Bresse: Chatillon-des-Dombes, donde ejerce como párroco.

La vocación de la ternura
En noviembre de 1618 se encuentra en París Francisco de Sales. Francisco de Sales es célebre por la inmensa dulzura en sus discusiones con los protestantes y por su bondad para con los pobres y enfermos a quienes les daba todo, incluso lo que no era suyo y lo tomaba prestado. En 1610, el Obispo de Sales funda la Visitación, congregación religiosa femenina y desea que se consagren al cuidado de los enfermos. Las primeras Visitandinas se ocupan de los enfermos de Annecy.
A su llegada a París, Francisco de Sales es objeto de una entusiasta acogida; con su palabra evangélica y sencilla, conoce a la Madre Angélica Arnauld, a Bérulle y a Vicente, que queda impresionado por su dulzura: «Tan suave era su bondad, que las personas favorecidas por sus conversaciones la sentían cuando ésta penetraba dulcemente en sus corazones. Yo mismo he gozado tales delicias».
No es posible entender el entusiasmo que despierta Francisco de Sales en París y en todas partes si no se tiene en cuenta la situación de Europa en estos comienzos del siglo XVII. Las poblaciones no han dejado de verse afligidas por grandes males, lo cual ha provocado en ellas un enorme trauma; la angustia y la desesperación se generalizan, y la Iglesia señala con el dedo los diversos chivos expiatorios: los turcos, las brujas, los judíos, los herejes…; e insiste además continuamente en ese otro peligro, distinto del que aflige al cuerpo: el peligro de perder el alma. 
Francisco de Sales, rebosante de bondad, lleva un mensaje que no apela al iluminismo ni a remedios vanos, sino al realismo y al sentido común del hombre; para los hombres de comienzos del siglo XVII se trata de una inmensa convocatoria a la esperanza. Este mensaje y su eficaz puesta en práctica muestran al hombre que la verdadera bondad humana procede de Dios y que, a la vez, la bondad de Dios es muy superior a toda bondad humana: ahí radica el secreto de la vida de Vicente y de Francisco. 
Francisco de Sales será para Vicente un punto de referencia constante. Por su parte, Francisco de Sales, que se ha reconocido en Vicente, le pide que se haga cargo de la capellanía de las Visitandinas de París y de la dirección espiritual de Juana de Chantal.

Capellán de las Galeras
En 1619, Vicente es nombrado capellán general de las Galeras, de las que es responsable el señor de Gondi. Los galeotes son entonces los más pobres de entre los pobres. Vicente les visita primero en las mazmorras de La Conciergerie (antigua prisión de París), encuentra allí a hombres dominados por el odio y la desesperación; y pide y obtiene de M. de Gondi que se les conceda un trato más humano. 
«Herido, pues, por un sentimiento de compasión hacia aquellos miserables forzados, me impuse a mí mismo la obligación de consolarles y asistirles lo mejor que pudiera». Pero Vicente no se limita sólo a buenas palabras, sino que pasa a la acción y se ocupa de mejorar en lo que puede las estructuras, como de costumbre. En el viaje que en 1623 realiza a Burdeos, donde se halla una flotilla de galeras se da a conocer como sacerdote a los galeotes; les dice, «os encontráis en la más absoluta indigencia; os creéis abandonados y rechazados por todos. Pero vuestro Padre de los Cielos os ama y os bendice».
Vicente experimenta su profunda conversión en el momento en que se inicia en Europa una larga serie de conflictos (la guerra de los Treinta Años que había tenido origen en la oposición entre católicos y protestantes dentro del imperio germánico y la crisis ideológica del cristianismo que había dado lugar a dos reformas antagónicas (la de Lutero y Calvino por un lado, y la del Concilio de Trento por otro).

Misioneros para la misión ante la devastación de la guerra
Se suceden guerras, se triplican los impuestos y los pobres siempre son los perdedores. La miseria es espantosa. Un sacerdote de la Misión que acaba de llegar a Champagne escribe a Vicente: «No hay lengua que pueda decir, ni pluma capaz de expresar, ni oído que se atreva a escuchar lo que hemos contemplado desde los primeros días de nuestra estancia en estas tierras… Todas las iglesias y los más santos misterios han sido profanados; los ornamentos saqueados; las pilas bautismales destrozadas; los sacerdotes asesinados, torturados u obligados a huir; las viviendas demolidas; las cosechas robadas; las tierras están sin labrar ni sembrar; el hambre y la mortandad son casi absolutas; los cadáveres se hallan sin sepultar y, en su mayor parte, sirven de pasto a los lobos. Los pobres que sobreviven a esta ruina se ven obligados a recoger por los campos los granos de trigo o de avena semipodridos. El pan que consiguen fabricar es como barro y la vida que llevan es tan insana que más parece una muerte viviente. Casi todos están enfermos, ocultos en miserables chozas o en cuevas a las que uno no sabe cómo llegar, la mayor parte tumbados en el suelo desnudos o sobre paja podrida, sin más ropa que unos miserables harapos. Sus rostros ennegrecidos y desfigurados, más parecen rostros de fantasmas que de hombres».
Vicente envía allá doce de sus sacerdotes para organizar la ayuda. No había más que un modo de poner fin a la miseria de las poblaciones: la paz. Y Vicente no lo duda un momento: se atreve a enfrentarse a Richelieu y pedirle enérgicamente que ponga término a tan enormes conflictos.
La congregación puede fundarse el 17 de abril de 1625. La Congregación es reconocida un año más tarde por el Arzobispo de París; los primeros misioneros firman su acta de asociación el 4 de septiembre de 1626. 

Fundación de las Hijas de la Caridad
En 1617 comenzó Vicente a fundar sus «charites». Unas se encargan de atender a los mendigos, otras se ocupan de las epidemias, otras lucharan contra el contagio de la peste, otras se dedicaran a otras calamidades.
Las «charites» se multiplican; había que velar por ellas y coordinarlas dentro de un mismo espíritu. Así pues, Vicente pide a una joven viuda de 38 años, Luisa de Marillac, a la que conoce desde hace cuatro años, que vaya a visitar un determinado número de «charites». Una vez llegada al lugar donde se halla establecida una «charite», reúne a las mujeres, examina con ellas los problemas que se plantean, enseña a curar a los enfermos y a llevar una buena administración; con autorización del párroco, reúne a las jóvenes de la parroquia y les da catequesis. Y todo esto con unas condiciones físicas muy deficientes, pues era una mujer sumamente frágil y psicológicamente delicada, y con unos medios económicos aún mas escasos. 
Vicente desea que sus «Hijas de la Caridad» estén en el mundo. Pero no es cosa fácil lograrlo. Las «Hijas de la Caridad» serán religiosas sin hábito, sin velo, sin votos solemnes; de ellas solía decir con su habitual encanto: «Tendrán por monasterio las casas de los enfermos y la residencia de la superiora; por celda, una habitación alquilada; por capilla, la iglesia parroquial; por claustro, las calles de la ciudad; por clausura, la obediencia continua en la Providencia y la ofrenda de todo cuanto son». En aquella época no le quedaban alternativas ya que las religiosas eran de clausura.
Para llevar a cabo su programa, Vicente se apoya decididamente no ya en las damas de familias capaces de aportar grandes dotes, sino en las sencillas aldeanas. Luisa de Marillac las enseña a ser enfermeras y las instruye en la vida espiritual.
Luisa y Vicente las preparan para poder atender a todo tipo de personas necesitadas: niños y ancianos, locos y presidiarios, y a toda clase de pobres.
En 1660 Vicente tiene setenta y nueve años.. Desde aquel lejano día de 1617 en que decidió ponerse al servicio de los pobres, es decir, durante 43 años, no dejó de consumirse por ellos. Su horario era invariable: se levantaba a las cuatro de la mañana y se acostaba a las nueve de la noche; la jornada consistía en tres horas de oración, tres horas y media de lo que él llamaba «varios», y nueve horas y media de trabajo. Su vida estuvo constantemente marcada por ese trabajo pausado, regular y porfiado que recordaba el trabajo de los campesinos de su época, los campesinos entre los que había nacido.
Hasta los 36 años no se convirtió al servicio de los pobres y a esta clase de vida. En el siglo XVII los hombres se dividían en dos clases: los que podían permitirse vivir sin trabajar, y la inmensa mayoría de los demás. Vicente estuvo a punto de optar por quedarse al otro lado de la barrera. Poseía una buena cabeza y su inteligencia, y hubiera podido llegar a ser un beneficiario. Pero el amor a Cristo reflejado en los pobres le movió a decidirse por el Evangelio.
El 18 de abril de 1659, un año antes de su muerte, Vicente escribe una largas consideraciones sobre la humildad, que presenta como la primera cualidad de un sacerdote de la Misión.
En julio de 1660 se ve obligado a guardar cama. Toda su vida había sido una persona fuerte y robusta; el típico campesino de pequeña estatura -media 1 metro y 62 centímetros-, poseía una enorme resistencia, como si estuviera hecho de cal y canto. Entre julio y septiembre de 1644 se teme por su vida, pero sale bien, aunque se le prohibe montar a caballo; tenía las piernas inflamadas y tenía que caminar con un bastón. Poco a poco, se ve forzado a permanecer inmóvil. Se queda en Saint-Lazare, en medio de los pobres.
El 26 de septiembre, domingo, le llevan a la capilla, donde asiste a Misa y recibe la comunión. Por la tarde se encuentra totalmente lúcido cuando se le administra la extremaunción; a la una de la mañana bendice por última vez a los sacerdotes de la Misión, a las Hijas de la Caridad, a los niños abandonados y a todos los pobres. Esta sentado en su silla, vestido y cerca del fuego. Así es como muere el 27 de septiembre de 1660, poco ante de las cuatro de la mañana, a la hora que solía levantarse para servir a Dios y a los pobres. 
San Vicente fue consejero de gobernantes y verdadero amigo de los pobres. «Monsieur Vincent», como se le llamaba, estimulaba y guiaba la actividad de Francia en favor de todas las pobrezas: envió misioneros a Italia, Irlanda, Escocia, Túnez, Argel, Madagascar, así como a Polonia donde luego fueron las Hijas de la Caridad. Se rodeó de numerosos colaboradores, sacerdotes y seglares y, en nombre de Jesucristo, los puso al servicio de los que sufren.
Fue proclamado santo por el Papa Clemente XII, el 16 de junio de 1737. Su fiesta se celebra el 27 de septiembre.
Vicente fue sobre todo el hombre que, al conseguir espolear el clero, renovó la Iglesia francesa. La Congregación de los «Paules» se convirtió en la orden mas vigorosa en Francia antes de la revolución francesa , con 6,000 miembros repartidos en 40 provincias.
La Congregación de Hijas de la Caridad se extendió por todo el mundo hasta el punto que en 1965 contaba con 46,000 hermanas. A lo largo de los siglos han prestado ayuda a millones de personas desgraciadas: niños abandonados, huérfanos, enfermos, heridos, refugiados, presidiarios, etc.
                                      Iglesia de San Vicente de Paul (París)

viernes, 13 de septiembre de 2019

CONVOCATORIA FESTA DEL MIG ANY 2019 (28 setembre 2019)



Domicili social: C/ Sant Llorenç, 12-4º-11ª. 46740 Carcaixent (Valencia) N.I.F. G96500319
Inscrita al Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia a la seua Sección Especial amb el número 023768 
i al Registre Municipal d’Associacions de Carcaixent amb el número de Referència RA2-SS-14
Confraría pertanyent a la Junta de Hermandades de Semana Santa de la Diócesis de Valencia 
i a l’Agrupación de Hermandades y Cofradías del Santo Sepulcro de la C.V. 2008


Carcaixent 5 de setembre de 2019


Estimat confrare,
mitjançant la present se li convoca a la tradicional “Festa del Mig Any 2019” que tindrà lloc (D.m.) el proper dissabte dia vint-i-huit de setembre conforme al següent programa:

1)     A les 19:30h. celebració de l'Eucaristia en la Parròquia de l’Assumpció, presidida pel Rvnd. D. Jose Miguel Peris Silla, el nostre Consiliari, oferida en sufragi de tots els nostres confrares difunts i amb la presència de les nostres imatges en l'Altar Major.
2)     A continuació, trasllat processional de les imatges del Crist Jacent i Ressuscitat fins als domicilis dels clavaris entrants (Mª Dolores Morant Ribes y Ana María Judas Esplugues), on quedaràn depositades per un període de sis mesos.
3)     Finalment, ens dirigirem al Casal de la Falla Joan XXIII on tindrà lloc el sopar de germanor.

Per al sopar podeu retirar els tiquets en l'establiment del nostre confrare Javier Albelda (C/ Comandant Hernández, 12) o dirigint-se a qualsevol membre de la Junta Directiva fins el dia 25 de setembre. El preu del tiquet és de 9 euros.
Esperant comptar amb la vostra col·laboració i assistència, rebeu una cordial salutació d'aquesta Junta Directiva.

Atentament,


María José Sabater-Picot
Secretària


NOTA INFORMATIVA
Aprofitem l'ocasió per a informar-vos que està prevista la participació de la nostra Confraria en diversos actes organitzats en honor de la Verge d'Aigües Vives (Romeria, Trasllat-Descoberta i Processó General) amb motiu de les Festes Patronals 2019.
També aquesta prevista la nostra participació en la processó cívica que tindrà lloc el Dia de la Comunitat Valenciana (9 d´octubre).
La convocatòria d'aquests actes serà anunciada amb la suficient antelació en el blog de la nostra Confraria (https://www.sepulcrecarcaixent blogspot.com), així com en xarxes socials (Facebook: https://www.facebook.com/sant.carcaixent).

jueves, 5 de septiembre de 2019

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SANTA TERESA DE CALCUTA (5 septiembre2019)

Santa Teresa de Calcuta nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la Confirmación en noviembre de 1916. La repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente en el carácter y la vocación de si hija. En su formación religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.

   Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpétua. 
Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
   El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, la Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”, que la llevó a fundar una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado Convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.
Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas.
    El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitò solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos.  En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.
   Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”.
Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios. 
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres indistintamente). 
Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre del 2002 el mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.
Fue beatificada por San Juan Pablo II el 19 de octubre del 2003 y canonizada 13 años después por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro el 04 de septiembre del 2016 dentro de la celebración del Jubileo de los voluntarios y operarios de la misericordia.
                                "Madre Teresa de Calcuta: Entrevista y reflexiones"

martes, 3 de septiembre de 2019

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN MOISES PROFETA (4 septiembre2019)

(Siglo XIII a. C.) Profeta y legislador de Israel cuyas acciones están descritas en el libro del Éxodo (Antiguo Testamento), escrito en un registro literario y simbólico que deja en la penumbra la figura histórica de Moisés, rodeándola de milagros, prodigios y leyendas.
El origen de Moisés es realmente desconocido, aunque fue criado en la corte de los faraones (su nombre es egipcio y la leyenda habla de un niño abandonado y salvado de las aguas del Nilo). Parece ser que, hacia 1230 o 1250 a. C., Moisés se retiró a meditar al Sinaí, donde recibio un mensaje divino que le ordenaba liberar a los judíos refugiados en Egipto y sometidos a duras condiciones de cautiverio. Consiguió unificar a varios clanes hebreos partidarios de regresar a Palestina e iniciar con ellos un largo viaje hacia la «Tierra Prometida», huyendo de la persecución del faraón egipcio Ramsés II.
Durante la travesía, Moisés dijo haber recibido varias revelaciones directamente de Dios, con las que dio forma a la religión judía: una alianza entre el único Dios (Yahvé) y el pueblo hebreo, que en adelante se mantendría fiel al monoteísmo fundado por Abraham; y un conjunto de leyes que incluían el culto del «Arca de la Alianza», la instauración del clero y diez mandamientos de orden moral y religioso.

El relato bíblico habla de la deslealtad del pueblo hacia su Dios, que éste castigó haciéndole vagar por el desierto durante cuarenta años, refiriéndose probablemente al periodo de vida nómada al que se vieron abocados los hebreos en el sur de Palestina, mientras iban penetrando progresivamente en el territorio ocupado entonces por los cananeos y estableciéndose en pueblos sedentarios. Moisés, ya anciano cuando salieron de Egipto, moriría sin haber visto la Tierra Prometida, cuya conquista está representada en la Biblia por Josué.
Moisés no fue sólo el dirigente del éxodo judío hacia Palestina, sino también el autor de los fundamentos de la ley judaica, si bien el contenido de sus leyes no difiere mucho de las que predominaban en el Oriente Medio por aquella época (a excepción del componente monoteísta, que no fue creación de Moisés). La ley está contenida en los cinco libros del Antiguo Testamento que forman el Pentateuco y que constituyen la Tora de los judíos (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).
La tradición religiosa supone a Moisés autor de los cinco libros, si bien parece probado que no pudo serlo más que en muy pequeña parte y que el grueso de su contenido fue redactado mucho después. En todo caso, su figura es venerada tanto por la religión judía como por el cristianismo y el islam.

CONOCIENDO A NUESTROS SANTOS: SAN GREGORIO I MAGNO PAPA (3 septiembre 2019)

(Roma, c. 540 - id., 604) Papa de la Iglesia católica (590-604). Miembro de una familia de patricios romanos, fue praefectus urbis del emperador Justino II (572-574). Convirtió su palacio del monte Celio en el monasterio de San Andrés y abrazó la regla de San Benito de Nursia. Nuncio en Constantinopla (579-586), fue nombrado papa a la muerte de Pelagio II (590). Gregorio I negoció una tregua con los lombardos (592), afirmó la primacía de la iglesia de Roma y envió al monje Agustín a evangelizar Inglaterra. Autorizó el culto de los hebreos y superó el cisma del norte de Italia originado por la supresión de los Tres Capítulos. Adoptó el título Servus servorum Dei (servidor de los siervos de Dios), que se convirtió en oficial de los futuros pontífices. Soberano temporal de la ciudad de Roma, hizo de ella la capital espiritual del mundo latino y puso las bases del poder territorial del papado.
   De noble familia senatorial, Gregorio estaba destinado a la carrera política, y todavía joven (en 573) desempeñó el cargo de prefecto de Roma. Sin embargo conmovido por el espectáculo de las miserias de Roma y de Italia entera entregó a la muerte de su padre, su inmenso patrimonio a los pobres y a la Iglesia, fundando seis monasterios en sus tierras de Sicilia y otro en su palacio del Celio, que dedicó a San Andrés y donde él mismo vistió el hábito benedictino.
Su fuerte personalidad y su práctica en la política, preciosa en aquellos tiempos de adversidades excepcionales, movieron al papa Benedicto I a sacarlo de su soledad nombrándolo diaconus regionarius en 577, y a Pelagio II, el año siguiente, a servirse de él como legado en Constantinopla, donde tuvo ocasión en su larga estancia (579-585) de formarse una rica experiencia política y humana.
   Abad de San Andrés, fue elegido Papa a la muerte de Pelagio II con el asentimiento general y consagrado el 3 de septiembre de 590. Le esperaban la peste, la expansión lombarda y el sitio de Roma (593), el empeoramiento del cisma de los Tres Capítulos y los pleitos con Bizancio. En los catorce años de su pontificado hubo de medirse con estos problemas objetivos y con otros que él mismo se planteó libremente: pacificación de la península, unificación católica de Occidente mediante una vasta obra de evangelización y una vasta toma de contactos más operantes con los pueblos convertidos.
Así, mientras socorría con ayudas materiales y con su alto magisterio a las poblaciones más próximas, organizaba la defensa de Italia central, de Roma y del mismo Nápoles reemplazando la impotente autoridad imperial. Favoreció la instauración de mejores relaciones con los invasores; apoyó la conversión de Teodolinda; promovió la misión de Agustín en Inglaterra (596); organizó una más estrecha colaboración con el episcopado y con los reyes francos y animó en España la acción del neófito Recaredo I.

Su legado
Dotado de viva sensibilidad y de excepcional equilibrio para conllevar las exigencias místicas del monje con el respeto y la simpatía hacia la gente, la obra literaria de San Gregorio Magno (de estilo sencillo, a veces humilde y a menudo elocuente) constituye el más luminoso comentario a su obra de pontífice. Así, no vacila en enfrentarse con los desidiosos y con los potentados, como puede apreciarse en sus Epístolas. Dirigidas a los más diversos destinatarios, las cartas de San Gregorio tratan de variadas cuestiones y son un testimonio fundamental para el conocimiento de su actividad y de su personalidad. Sobresalen las epístolas dirigidas contra los herejes y los cismáticos, como los maniqueos de Sicilia o los donatistas en África, y las que se refieren a los judíos, a los que San Gregorio concedió libertad de culto y tratamiento benévolo (I, 1, 47), porque "sólo con la mansedumbre, la bondad, las sabias y persuasivas admoniciones, se puede obtener la unidad de la fe".
   Gregorio Magno mostró su preocupación por la formación de los pastores de almas en obras como Regla Pastoral (591), en que expuso los objetivos y reglas de la vida sacerdotal.  San Gregorio muestra en este libro lo arduo que es el oficio de pastor y las reglas de vida que debe seguir; describe el tipo ideal del obispo, que ha de ser siempre un médico de las almas y encontrar el tono justo para dirigirse a los hombres de las diversas clases sociales, ejerciendo sobre sus almas el máximo ascendente posible y teniendo siempre presente su propia debilidad para no caer en una excesiva confianza en sí mismo. Esta breve obra ejerció gran influencia y fue durante largo tiempo considerada como el texto de las reglas episcopales.
De su tarea de consolador y maestro de espiritualidad hallamos una excelente ilustración en las Homilías sobre los evangelios o sobre Ezequiel, pronunciadas en Roma en 590-593, cuando todo parecía derrumbarse. En Moralia llevó a cabo una exégesis del libro bíblico de Job. Presenta a Job como figura del Redentor; en su mujer ve simbolizada la vida carnal, y en sus amigos, a los herejes, orientando siempre la interpretación hacia las lecciones morales y teológicas.
   Los Diálogos, escritos entre los años 593 y 594, fueron probablemente su obra más difundida. Habiéndose retirado por algún tiempo, cansado de las preocupaciones y responsabilidades de su cargo, a un lugar apartado, Gregorio expresa al diácono Pedro su disgusto por no haber podido dedicarse a la vida ascética, con la que tantos hombres pudieron alcanzar la perfección.  La forma intencionadamente simple y clara de escribir favoreció la grandísima difusión de la obra, pronto traducida a diversas lenguas y celebrada por escritores contemporáneos y posteriores.
   San Gregorio Magno es el cuarto de los doctores de la Iglesia (después de San Ambrosio de Milán, San Agustín y San Jerónimo), y si su actividad política como pontífice tuvo una importancia excepcional para el equilibrio político-religioso de la Europa medieval, su obra literaria constituyó hasta el siglo XII una incomparable fuente de meditación y de luz espiritual para todo el Occidente. A él se le atribuye también la compilación del Antifonario Gregoriano, gran colección de cantos de la Iglesia romana.